Citas

“En diciembre de 1983, cerca de Navidad, hice mi testimonio de fe diciendo: “Atestiguo que solo hay un Dios y que Muhammad es Su último mensajero”. Mi profesora de inglés fue mi testigo. Se me caían las lágrimas durante mis primeras oraciones. Finalmente, había encontrado paz en mi corazón. Sabía que Allah estaba conmigo y descubrí mi rol en este mundo y la razón de mi existencia. He vuelto al Dios Único y nunca más estaré perdida” —Historia de la hermana Marta.

“Es difícil explicar concretamente qué es lo que me gustó del islam, lo que me atrajo, porque me gusta todo. Si tuviera que decir qué fue lo que me atrajo inicialmente, diría que la insistencia en la unicidad de Dios está en lo más alto de la lista. También diría que la historia dorada del islam causó una última impresión que me hizo darme cuenta de que, tal vez, tenga ancestros que fueron musulmanes debido al imperio islámico que hubo en España” —Historia del hermano Shafiq.

“A la mañana siguiente, empecé a buscar en el islam. Es curioso porque durante los últimos trece años había estado rodeada de musulmanes y nunca fui consciente de la verdadera belleza del islam. Recuerdo a mi cuñado, un musulmán practicante, explicando la divinidad de Dios, el Uno, sin asociados y cómo ningún otro ser debía ser adorado junto con Él o en Su lugar, pero mi corazón estaba completamente sellado. Nunca me interesó saber nada del islam. De hecho, me ofendí y, a veces, sentí que quería decirle lo desviado que estaba. Estaba convencida de que no era la religión correcta —definitivamente no lo era para mí” —Historia de la hermana Marcela.